¡Por
un Frente Mundial contra el Socialimperialismo
Soviético!
¡Fuera Rusos de Afganistán!
La invasión de las tropas soviéticas a
Afganistán, iniciada el pasado 27 de
diciembre, configura un acontecimiento de suma
gravedad que habla por sí solo de los planes
siniestros de dominación mundial de los amos
de Moscú, Es la primera vez que los
socialimperialistas intervienen militarmente
en forma directa en un país del Tercer Mundo.
En 1968 lo habían hecho en Checoslovaquia,
nación de la Europa Central. En 1975 ocuparon
Angola pero con soldados de su colonia cubana,
y más recientemente sometieron a Kampuchea y
Lao a través de sus marionetas vietnamitas.
Hoy su delirio expansionista los ha llevado a
efectuar esta nueva aventura, ya sin tapujos
de ninguna índole y haciendo gala del peor
cinismo. Los argumentos de que con su
intromisión bélica "protegen" la seguridad de
Afganistán, "ayudan" a la revolución afgana, o
actúan dentro del derecho internacional no
convencen a nadie.
Por
el contrario, desde el primer momento ha
quedado claro que los soviéticos bañaron en'
sangre a Afganistán y vienen obrando como sólo
sabían hacerlo las hordas hitlerianas.
Depusieron y asesinaron al Primer Ministro
Amín para imponer un gobierno completamente
dócil a sus vandálicos caprichos. Por ello la
respuesta militar del pueblo afgano ha sido
inmediata y decidida, y cuenta con la
participación de considerables segmentos del
ejército regular que se han pasado a la
resistencia armada.
De
otra parte, una inmensa mayoría de Estados ha
condenado la invasión y la considera un serio
atentado contra la paz mundial. Todo indica
que los social-fascistas utilizarán a
Afganistán para apoderarse posteriormente de
Pakistán, inmiscuirse en Irán y demás países
vecinos, controlar la entrada al Golfo Pérsico
y someter a su égida al Asia Meridional y
Occidental. Tales proyectos no pueden menos
que significar un inminente peligro para
Europa, el Japón y los Estados Unidos, que
verán comprometidos vitales centros de
abastecimiento de combustibles y cruces
marítimos y terrestres de importancia
estratégica.
Asimismo
los pueblos del mundo y las naciones amantes
de la paz comprenden que su porvenir se halla
severamente amenazado por el hegemonismo
soviético. La República Popular China, el
principal bastión de lucha contra las
ambiciones imperialistas del Krem1in, será sin
duda uno de los blancos de ataque preferidos
de los belicistas rusos.
Sin
embargo, hay un aspecto supremamente positivo
en todo aquello, y es que la opinión pública
mundial ha comenzado a aceptar, a punta de
golpes y decepciones, que la Unión Soviética
no sólo dejó de ser la cuna del socialismo
para convertirse en el más tenebroso baluarte
de la reacción internacional, sino que hace
mucho abandonó los principios de la
coexistencia pacífica entre los Estados y
desempolvó la vieja bandera de la dominación
colonial y de la guerra para sojuzgar a las
naciones y buscar un nuevo reparto del
planeta. El hegemonismo soviético es un
problema de todos los pueblos, y por ende a
éstos corresponde resolverlo, promoviendo la
conformación del más amplio frente de combate
jamás conocido, en el que participen, en una u
otra forma, desde los países atrasados y
dependientes del Tercer Mundo, las repúblicas
socialistas y las naciones ricas del Segundo
Mundo, hasta los Estados Unidos. Un frente de
esas proporciones impedirá la guerra mundial o
la decidirá a favor de la revolución
internacional. Con un frente así, los
socialimperialistas serán vencidos y los
pueblos contarán con el mejor ambiente para la
emancipación de las naciones, para el
desarrollo del socialismo y para la conquista
de la democracia y la libertad en el orbe
entero. El primer deber internacionalista del
proletariado y de los partidos auténticamente
comunistas será contribuir a la integración a
nivel mundial de este frente único contra el
socialimperialismo soviético.
En
la historia quienes acariciaron sueños de
dominación imperial fracasaron
irremisiblemente. Los soviéticos también
terminarán siendo aplastados por mucho
alboroto que armen y por muy temibles que
parezcan. El pueblo afgano saldrá victorioso y
obtendrá su liberación a pesar de las duras
pruebas del presente y del futuro.
¡Apoyemos
a Afganistán en su resistencia contra la
ocupación soviética!
¡Conformemos
un frente único mundial contra el
socialimperialismo soviético!
Francisco
Mosquera
Secretario General del MOIR
Publicado en
Tribuna Roja N' 35 de enero de 1980.